Resultados / Conclusión
El PAI describe la ruta asistencial continua que responde a la situación del paciente en cada momento definiendo intervenciones, responsabilidades, roles y herramientas.
Identificación e inclusión:
Cualquier profesional sanitario o social puede identificar complejidad y la comunica al centro de salud mediante circuitos bidireccionales establecidos.
La asignación del nivel de intervención alto supone la inclusión en el PAI. Es realizada por el médico y la enfermera de AP tras una valoración multidimensional y dispara el plan asistencial personalizado.
La inclusión se comunica a la unidad de enlace hospitalaria (UEH) y conlleva la asignación de un especialista de referencia (ERH), coordinador de la atención hospitalaria.
Seguimiento en lugar de residencia:
La enfermera de AP lidera el seguimiento proactivo telefónico y domiciliario orientado a la detección precoz de descompensación y apoyo al paciente y cuidador. Un protocolo específico sirve de sistema de registro y ayuda.
El centro de recursos multicanal colabora en la resolución proactiva de dudas o consultas prestando atención 7x24.
Los referentes asistenciales son médico y enfermera de AP y el ERH o la enfermera gestora de casos actúan como consultores en caso necesario.
La comunicación bidireccional se apoya en herramientas de interconsulta virtual inmediata, efectiva, segura y evaluable a través de HCE (e-consulta).
Manejo de la descompensación:
Todos los ámbitos asistenciales son accesibles desde AP mediante circuitos específicos coordinados entre médico de AP y ERH.
La UEH coordina la atención hospitalaria y la comunicación entre ámbitos.
La continuidad de cuidados es liderada por la enfermera de enlace y enfermera de AP, que recibe información completa al alta, realiza valoración proactiva y lanza el plan personal.
Ante situaciones que requieran valoración urgente, circuitos específicos entre servicios de urgencia (hospitalarios y extrahospitalario) y la UEH permiten el seguimiento del proceso sin fragmentación ni duplicidad